El Sector Regulado
Sociale huur, o alquiler social, es la piedra angular del sistema de vivienda asequible holandés. Este término se refiere a las viviendas que son propiedad y están gestionadas por corporaciones de vivienda sin fines de lucro (woningcorporaties) y están sujetas a un conjunto estricto de reglamentaciones gubernamentales. Las dos características definitorias de sociale huur son asignación regulada y control de alquileres. En primer lugar, estas viviendas no pueden ser alquiladas en el mercado abierto. Se asignan a través de sistemas regionales de listas de espera (como WoningNet) a hogares cuyos ingresos quedan por debajo de un umbral anual. Esto es para asegurar que la oferta limitada de viviendas asequibles quede reservada para el grupo objetivo para el que está destinada. En segundo lugar, el alquiler de estas propiedades no está determinado por las fuerzas del mercado. Está legalmente limitado por el Woningwaarderingsstelsel (WWS), el sistema oficial de puntos que vincula el alquiler máximo a la calidad objetiva de la vivienda.
Este sector representa una gran parte del parque de viviendas holandés, cerca del 30% de todas las viviendas. Es el resultado de más de un siglo de política gubernamental destinada a garantizar el acceso a una vivienda decente y asequible para todos. Para los inquilinos, asegurar una propiedad de sociale huur significa obtener acceso a una vivienda asequible con un casero profesional y protecciones de inquilinos muy fuertes.
Un Sistema de Escasez
Aunque el sistema de sociale huur es robusto en sus protecciones, su característica definitoria en el siglo XXI es la escasez. La demanda de vivienda social supera con creces la oferta, especialmente en las grandes ciudades. Esto ha llevado a las famosas listas de espera, donde el tiempo que se tarda en obtener una propiedad suele medirse en años, a veces incluso décadas. Esto hace que el sector de vivienda social sea en gran medida inaccesible para la mayoría de expatriados, que típicamente no tienen una larga historia de registro requerida para ser un candidato viable. El sistema está bajo una enorme presión por una población creciente, una desaceleración en la construcción de nuevas viviendas sociales y políticas gubernamentales que han fomentado la venta de propiedades de vivienda social. Para quienes son elegibles, sociale huur ofrece un nivel de asequibilidad y seguridad que es inimaginable en el sector privado libre. Sin embargo, el principal reto es la monumental dificultad de acceder a ello en primer lugar.