La única moneda que importa
Wachttijd, o tiempo de espera, es el activo más importante que una persona puede poseer en el sistema de vivienda social holandés. Es el periodo, medido en años, meses y días, que ha transcurrido desde que una persona se inscribió por primera vez (inschrijfdatum) en una plataforma de vivienda social como WoningNet. Este tiempo acumulado es la moneda principal utilizada para determinar la posición de una persona en la wachtrij (cola). Cuando una vivienda de alquiler social atractiva se vuelve disponible, casi siempre se asigna al solicitante elegible que tiene el wachttijd más largo. Los ingresos, la urgencia y las circunstancias personales suelen ser secundarios; el sistema es abrumadoramente cronológico. Quien se registró primero, gana.
Esta adherencia rígida a wachttijd es una consecuencia directa de la escasez extrema. Con muchísimas personas elegibles por encima de las viviendas disponibles, las corporaciones de vivienda necesitaban un método de asignación que fuera objetivo y resistente a la corrupción o al favoritismo. Un sistema estrictamente cronológico proporciona esto, pero lo hace a costa de la flexibilidad y la capacidad de respuesta ante las necesidades humanas reales. El sistema de wachttijd no mide cuán desesperada está tu situación de vivienda; solo mide cuánto tiempo ha pasado desde que tuviste la previsión de inscribirte. Esto conduce a la absurda realidad de que en ciudades como Ámsterdam, el wachttijd necesario para asegurar un apartamento decente puede ser de 15, 18 o incluso más de 20 años. Para un recién llegado o un joven que acaba de empezar, el sistema no ofrece una perspectiva realista de vivienda dentro de un plazo razonable.
Un sistema de incentivos perversos
La importancia monumental de wachttijd crea un conjunto de incentivos perversos. Fomenta que las personas se registren en plataformas de vivienda social lo antes posible, a menudo en cuanto cumplen 18 años, independientemente de su situación de vivienda actual. Los padres holandeses a menudo inscriben a sus hijos como un rito de paso estándar, sabiendo que este salto de 10 o 15 años será un activo invaluable en la vida adulta de su hijo. Esto significa que la wachtrij está llena de miles de buscadores 'pasivos' que no están en necesidad inmediata pero que simplemente están acumulando su tiempo. Esto aumenta aún más el wachttijd promedio y empuja a aquellos con necesidades genuinas y urgentes más abajo en la lista.
La incapacidad del sistema para abordar la urgencia es su fallo más profundo y ampliamente criticado. Aunque existen disposiciones especiales de urgencia (urgentieverklaring) que permiten a personas en circunstancias peligrosas y definidas por la ley saltarse la cola, estas son notoriamente difíciles de obtener. Para la gran mayoría de las personas, incluidas aquellas que viven en alquiler privado precario o en condiciones de vivienda inadecuadas, no hay forma de saltarse la cola. Tu wachttijd es tu destino. Es un reloj lento e imperturbable que valora la paciencia mucho más que la necesidad.