El termostato troyano
Una comodidad condicionada
Los termostatos inteligentes, como Google Nest o el popular modelo holandés Toon® de Eneco, a menudo se presentan en listados de alquiler como una comodidad moderna y de alta tecnología. Le permiten controlar la calefacción de forma remota a través de una aplicación para smartphone y ofrecen ideas sobre su consumo de energía, lo que puede ayudarle a ahorrar dinero. Son convenientes y, cuando se usan correctamente, pueden reducir realmente sus facturas de gas y electricidad. El arrendador proporciona y es dueño del dispositivo, y es responsable si falla. El inquilino lo opera y, en teoría, obtiene las recompensas de un uso de la energía más inteligente. Sin embargo, esta comodidad a menudo viene con una trampa significativa y oculta: el bloqueo del proveedor.
La trampa del contrato energético
Muchos termostatos inteligentes, especialmente los proporcionados 'gratuitamente' o a bajo costo, están diseñados para funcionar solo con los servicios de una compañía energética específica. Un termostato 'Toon', por ejemplo, es un producto de Eneco. Aunque puede funcionar como un termostato básico con otros proveedores, sus características 'inteligentes' —la aplicación, los insights detallados de consumo— a menudo están desactivadas a menos que tenga un contrato con Eneco. Esto restringe severamente el derecho legal del inquilino a elegir libremente a su propio proveedor de energía cada año. Los inquilinos se sienten atraídos por el elegante gadget, solo para descubrir que no pueden cambiar a un proveedor de energía más barato sin perder la funcionalidad a la que se han acostumbrado. Este es un punto crítico a aclarar antes de firmar un contrato de alquiler: ¿el proveedor del termostato inteligente es independiente del proveedor de energía, o te encadenará funcionalmente a una compañía de energía específica, potencialmente más cara?
Datos y privacidad
Un termostato inteligente no solo controla su calefacción; recopila enormes cantidades de datos sobre el comportamiento de su hogar. Sabe cuándo se levanta, cuándo se acuesta, cuándo está de vacaciones y cómo usa la energía a lo largo del día. Una pregunta crucial para cualquier inquilino es: ¿quién tiene acceso a estos datos? ¿La cuenta pertenece al arrendador? ¿Puede la compañía de energía usar estos datos para marketing? El inquilino debe asegurarse de ser el único propietario y controlador de la cuenta asociada al termostato durante su arrendamiento para proteger su privacidad.