La penalización por salida ilegal
No puedes ser multado por seguir las reglas
Los inquilinos en los Países Bajos tienen un derecho legal a terminar su contrato de alquiler, siempre que respeten el periodo de preaviso legalmente establecido. Para un contrato de duración indefinida, el periodo de preaviso del inquilino es siempre de un mes natural. Para un contrato de duración determinada, el inquilino puede terminar al final del plazo, y a menudo antes, dependiendo de la cláusula de ruptura del contrato. Una 'tarifa de terminación' (costes de terminación o penalización por terminación) es una cláusula en un contrato que establece que el inquilino debe pagar una penalización al arrendador por ejercer este derecho legal. Tal cláusula es nula y sin efecto. Un arrendador no puede penalizar financieramente a un inquilino por terminar legalmente el contrato de arrendamiento. Esto incluye cobrar tarifas por una 'inspección final' (inspección final), que se considera una actividad operativa normal para el arrendador.
Diferenciar entre una penalización ilegal y una penalización legítima
Es crucial distinguir entre una tarifa de terminación ilegal y una penalización legítima por incumplimiento de contrato. Si un inquilino se va antes de la finalización de un contrato de duración determinada que no tiene cláusula de ruptura, o si se va sin dar el preaviso de un mes adecuado, incumple el contrato. En esta situación, el arrendador puede demandarlos por daños y perjuicios, que normalmente es la renta por el periodo durante el cual la propiedad permanece vacía hasta que se encuentre un nuevo inquilino (hasta la fecha de finalización del contrato original). Esta es una reclamación por daños, no una 'tarifa de terminación' predeterminada. Algunos contratos incluyen una cláusula de penalización preacordada para tal incumplimiento. La validez de estas cláusulas puede impugnarse en los tribunales, pero son fundamentalmente diferentes de una tarifa por terminación legal y oportuna.
La excepción de la cláusula diplomática
Una área común de confusión es la cláusula diplomática (cláusula diplomática). Esta es una cláusula específica que permite a un inquilino (a menudo un expatriado) terminar un arrendamiento de duración determinada antes de tiempo si son trasladados por su empleador a una ubicación a una distancia mayor. Este es un derecho negociado, no una penalización. Cualquier intento por parte del arrendador de cobrar una 'tarifa' por invocar una cláusula diplomática válida también se consideraría ilegal.