Los riesgos de 'Subarriendo'
El subarriendo, o onderhuur, es la práctica de un inquilino principal (hoofdhuurder) que alquila el espacio que renta a un tercero, el subarrendatario (onderhuurder). Mientras puede parecer una forma conveniente de cubrir el alquiler mientras estás fuera, el subarriendo es un campo minado legal en los Países Bajos y es tratado con extrema desconfianza por los propietarios. La gran mayoría de los contratos de alquiler estándar contienen una cláusula que prohíbe explícitamente el subarrendamiento sin el consentimiento previo por escrito del arrendador.
Subarrendar tu apartamento ilegalmente es una de las infracciones más graves de un contrato de alquiler que puedes cometer. Si te descubren, el arrendador tiene motivos claros para iniciar un procedimiento de desalojo en tu contra, como inquilino principal. También pueden demandarte por cualquier ganancia que hayas obtenido del subarriendo ilegal. Plataformas como Airbnb han facilitado el subarriendo, pero también han facilitado a los propietarios y ayuntamientos rastrear y perseguir alquileres ilegales, a menudo con la ayuda de empresas especializadas en extracción de datos. Las multas por actividades hoteleras ilegales pueden ser enormes, a menudo de decenas de miles de euros.
¿El subarriendo alguna vez es legal?
El subarrendamiento legal es posible, pero solo bajo condiciones específicas. La condición más crucial es obtener permiso explícito y por escrito de tu arrendador. Un visto bueno verbal no es suficiente y no te protegerá en una disputa. Un arrendador puede conceder permiso por un período específico si tienes una buena razón, como trabajar o estudiar en el extranjero durante unos meses.
Existe una situación específica en la que un subarrendatario tiene más derechos. Si estás subarrendando una habitación dentro de una propiedad donde también vive el inquilino principal (es decir, eres un inquilino que comparte habitación), y la propiedad es la residencia principal del inquilino principal, es posible que tengas algunas protecciones. Sin embargo, la relación legal sigue siendo con el inquilino principal, no con el propietario. Si se termina el contrato de arrendamiento del inquilino principal, tu derecho a quedarte también termina.
Dado el inmenso riesgo de desalojo y multas, debes ser extremadamente cauteloso. Nunca subarriendes tu propiedad sin ser completamente transparente con tu arrendador y obtener su aprobación formal y por escrito.