El arriesgado negocio de alquilar su vivienda
Onderhuur, o subarriendo, es la práctica de que un inquilino (el inquilino principal) alquile todo o parte de su propiedad alquilada a otra persona (el subarrendatario o onderhuurder). Mientras que puede parecer una forma práctica de cubrir el alquiler durante los viajes o de hacer uso de una habitación adicional, existe en un terreno legal minado. La posición predeterminada en la ley holandesa—y una cláusula en la gran mayoría de los contratos de alquiler—es que el subarriendo está prohibido sin el permiso explícito, previo y por escrito del arrendador. Proceder sin este permiso constituye una infracción grave del contrato, dando al arrendador motivos para iniciar procedimientos de desahucio contra el inquilino principal. Esto hace que el subarriendo no autorizado sea una de las formas más rápidas en que un inquilino puede perder su casa.
Las consecuencias se extienden al subarrendatario, cuya posición legal suele ser precaria. El derecho del subarrendatario a residir en la propiedad depende por completo de la validez del contrato del inquilino principal. Si el inquilino principal es desalojado, el subarrendatario casi siempre pierde su derecho a quedarse. A menudo se los ve como daño colateral en la disputa entre el arrendador y el inquilino principal, quedando con pocas vías de recurso y la necesidad inmediata de encontrar una nueva vivienda.
La excepción: Alquilar una habitación
Existe una gran excepción a esta regla que proporciona cierta protección. Si el inquilino principal subarrienda parte de la propiedad (p. ej., una habitación) y continúa teniendo su residencia principal en la misma propiedad, el subarrendatario puede tener derechos. En este escenario específico, si el arrendador rescinde el contrato de arrendamiento del inquilino principal, a menudo está legalmente obligado a continuar el contrato de alquiler con el subarrendatario. Esto evita que los arrendadores expulsen a un huésped simplemente al terminar el contrato principal. Sin embargo, esta protección no se aplica si el subarriendo es para toda la propiedad independiente (p. ej., todo el apartamento mientras el inquilino principal vive en otro lugar). Está diseñado específicamente para proteger a los huéspedes que comparten un hogar con su 'propietario' (el inquilino principal).
Vivienda Social y 'Woonfraude'
El problema del subarriendo es especialmente grave en el sector de vivienda social. La vivienda social es un recurso subvencionado y escaso, y subarrendar una unidad de vivienda social con fines de lucro se considera fraude de vivienda (woonfraude). Los municipios investigan activamente los casos de subarriendo ilegal. Si se detecta, el inquilino principal no solo enfrenta el desalojo, sino que también puede recibir multas enormes que pueden ascender a miles de euros. También quedarán en una lista negra para recibir vivienda social durante muchos años. Por esta razón, celebrar un contrato de subarriendo para una propiedad de vivienda social es extremadamente arriesgado para todas las partes involucradas.