Un lujo extremadamente raro
Un sistema de riego por aspersión automático (sproeisysteem or irrigatiesysteem) es una comodidad que casi está ausente por completo del mercado de alquiler residencial holandés. Esta es una característica asociada con villas de alta gama o grandes haciendas gestionadas profesionalmente, no con la típica casa adosada ('rijtjeswoning') o jardín de un apartamento. El clima neerlandés, caracterizado por lluvias regulares, generalmente hace que los sistemas de riego complejos sean innecesarios para los tipos de jardines que se encuentran en la mayoría de las propiedades de alquiler. Si un listado de alquiler, especialmente para una casa familiar estándar, menciona un sistema de riego, debe verse como una característica altamente inusual y potencialmente compleja. Casi con certeza fue instalado por un propietario anterior con pasión por la jardinería y es poco probable que sea una comodidad estándar respaldada por el arrendador.
'As Is' Condition and Maintenance Burden
Dada su rareza, cualquier sistema de riego por aspersión encontrado en una propiedad de alquiler casi con certeza se proporcionará en una condición 'tal como está'. Esto significa que el arrendador no ofrece garantía de su funcionamiento y no será responsable de su mantenimiento o reparación. La responsabilidad de entender, operar y mantener el sistema recaerá por completo en el inquilino. Esto puede ser una carga oculta significativa. El inquilino deberá aprender a programar el controlador, ajustar las boquillas de aspersión y, lo más importante, realizar el proceso anual de invernaje. Esto implica cerrar el suministro de agua y usar aire comprimido para expulsar toda el agua de las tuberías para evitar que se congelen y estallen durante el invierno. El no hacerlo correctamente puede provocar daños costosos, por los cuales el inquilino podría ser responsable. Para el inquilino medio, una simple manguera de jardín (tuinslang) es una solución mucho más práctica y de menor riesgo.
Una característica para cuestionar, no para desear
En lugar de verse como un lujo deseable, un sistema de riego en alquiler debe abordarse con precaución. ¿Funciona siquiera? ¿Cuándo fue la última vez que recibió mantenimiento? ¿Quién es responsable de la factura del agua asociada a su uso? ¿Existe un manual o instrucciones para su funcionamiento? Con frecuencia, una característica así es una reliquia dejada por un ocupante anterior de la que el arrendador actual sabe poco. Puede ser más problema que beneficio. Un posible inquilino debe aclarar las expectativas del arrendador sobre el mantenimiento del sistema antes de firmar un contrato de arrendamiento. Si el arrendador espera que lo mantengas, y no tienes experiencia con este tipo de sistemas, puede ser más sensato pedir que se desactive de forma profesional o simplemente ignorar su existencia por completo.



















