Una alternativa a la suma inicial
Pagar el depósito de seguridad (waarborgsom), típicamente equivalente a uno o dos meses de alquiler, puede representar una barrera financiera significativa para los nuevos inquilinos. Este pago en efectivo grande y por adelantado inmoviliza una cantidad sustancial de dinero durante toda la duración del contrato. El seguro de depósito, también comercializado como un 'esquema de garantía de depósito', presenta una alternativa. En lugar de pagar el monto total del depósito (p. ej., 3.000 € para un apartamento de 1.500 € al mes) al arrendador, el inquilino paga una cuota mucho más pequeña y no reembolsable (p. ej., 150-250 €) a una compañía de seguros. A cambio, la compañía de seguros proporciona al arrendador una garantía por el importe total del depósito. Si, al final del contrato, el arrendador tiene un reclamo válido por daños o alquiler no pagado, lo reclama a la compañía de seguros, que luego persigue al inquilino para su reembolso.
Desde la perspectiva del inquilino, el beneficio principal es el flujo de efectivo. Libera una gran cantidad de dinero que puede utilizarse para otros gastos de mudanza. Para los arrendadores, puede ampliar el conjunto de posibles inquilinos y ofrece la seguridad de una garantía respaldada por una institución financiera regulada, lo que puede parecer más fiable que mantener el dinero de una persona privada. Estos esquemas aún no están generalizados en los Países Bajos, pero están ganando tracción a través de ciertas agencias inmobiliarias y plataformas dirigidas a jóvenes profesionales y expatriados que pueden tener menos liquidez al llegar.
Un préstamo costoso disfrazado
Una mirada crítica al seguro de depósito revela que en realidad no es 'seguro' en el sentido tradicional para el inquilino. Es, en esencia, un servicio por el que pagas una tarifa para retrasar un posible pago futuro. El punto crucial es que el inquilino sigue siendo 100% responsable de cualquier reclamación. La garantía protege al arrendador, no al inquilino. Si el arrendador reclama 500 € por daños, la compañía de seguros pagará al arrendador y luego enviará al inquilino una factura por 500 €. Aun así, el inquilino es responsable de la deuda. Todo lo que has hecho es pagar una cuota no reembolsable por el privilegio de no tener tu dinero retenido por el arrendador. Un depósito en efectivo estándar, siempre que no haya daños, es totalmente reembolsable. La cuota por una garantía de depósito nunca se devuelve.
Por lo tanto, el producto puede verse como un préstamo a corto plazo muy caro. Estás pagando una prima significativa para mantener tu dinero en tu propia cuenta bancaria. Para un inquilino que tenga los fondos disponibles, pagar un depósito en efectivo tradicional casi siempre es la opción más prudente desde el punto de vista financiero, ya que el dinero se devuelve al final del alquiler. Un esquema de garantía de depósito tiene sentido solo para un inquilino que realmente no pueda acceder a los fondos para el depósito completo y, aun así, debe entender que está pagando una cuota por un servicio que no le ofrece ninguna protección personal frente a la responsabilidad. Simplemente cambia la mecánica del depósito de seguridad, a un costo, sin modificar las obligaciones financieras fundamentales del inquilino.