Un problema creado por el hombre
A diferencia de los países situados en grandes fallas, los Países Bajos son, por naturaleza, una región naturalmente estable sísmicamente. Para la gran mayoría del país, el riesgo de terremotos es inexistente. Sin embargo, hay una excepción mayor y famosa: la provincia de Groningen. Durante décadas, la extracción de gas natural del masivo campo de gas de Groningen ha causado sismicidad inducida (geïnduceerde bevingen). Estas suelen ser de magnitud baja a moderada, pero ocurren a poca profundidad, causando daños acumulativos significativos a edificios que nunca fueron diseñados para resistir la actividad sísmica. Esto ha dado lugar a una crisis de vivienda amplia y continua en la región, con miles de viviendas dañadas y consideradas inseguras.
Este es un problema altamente localizado. Un inquilino que alquila en Ámsterdam, Róterdam, o en cualquier lugar fuera de la región afectada en el noreste del país, no necesita considerar el riesgo sísmico. Sin embargo, para cualquiera que esté considerando alquilar en Groningen, es un asunto crítico. El gobierno holandés y la empresa de gas (NAM) se han visto obligados a implementar una operación de refuerzo masiva, compleja y de lento avance (versterkingsoperatie) para inspeccionar y reacondicionar miles de propiedades para hacerlas resistentes a los terremotos. El Instituut Mijnbouwschade Groningen (IMG) es el organismo oficial responsable de gestionar las reclamaciones por daños.
Alquiler en la zona afectada
Si está buscando alquilar una propiedad dentro de la conocida zona sísmica en Groningen, tiene derecho a la información sobre la seguridad sísmica del edificio. Debe preguntar directamente al arrendador: ¿La propiedad ha sido inspeccionada por el Nationaal Coördinator Groningen (NCG)? ¿Ha sido considerada segura, o está programada para refuerzo? Un arrendador tiene la obligación de informarle sobre cualquier problema de seguridad conocido o trabajos intrusivos planificados. Alquilar una propiedad en esta zona puede implicar interrupciones debido a inspecciones y obras de construcción en curso. Si bien se considera que el riesgo de un colapso mayor que ponga en peligro la vida es bajo, el riesgo de daños a la propiedad y el estrés psicológico de vivir en una zona propensa a sismos son factores muy reales que deben considerar los inquilinos.