Más que una casa llena: Las reglas sobre la ocupación
A diferencia de algunos países con leyes simples que establecen el número máximo de personas por metro cuadrado, los Países Bajos abordan el hacinamiento de forma indirecta. El enfoque tiene menos que ver con un estándar nacional y más con mantener la habitabilidad (leefbaarheid) de los vecindarios y garantizar la precisión administrativa. Las dos herramientas principales utilizadas para controlar el número de personas que viven en una vivienda son el registro municipal de población y permisos específicos para alquilar habitaciones. Para un propietario, ignorar estas reglas puede acarrear multas significativas; para un inquilino, puede llevar a una situación de vida precaria.
El BRP: La Puerta Digital
La herramienta más poderosa es la Base de Datos de Registros Personales (Basisregistratie Personen o BRP). Cada residente legal de los Países Bajos debe estar registrado en el BRP en la dirección donde realmente vive. Esto no es opcional; es esencial para acceder a la atención médica, pagar impuestos y casi todos los demás trámites oficiales. Muchos municipios tienen políticas internas que limitan el número de adultos no relacionados que pueden estar registrados en una misma dirección. Esto funciona como una medida de facto contra el hacinamiento. Un propietario que incita a los inquilinos a vivir en una propiedad sin registrarse los empuja a una zona legal gris y rompe la ley él mismo.
Cuando una propiedad se alquila a varias personas que no forman parte de una única unidad familiar (conocido como kamerverhuur o alquiler de habitaciones), las regulaciones se vuelven mucho más directas. En la mayoría de las ciudades, el propietario debe contar con un permiso de alquiler de habitaciones (omzettingsvergunning). Estos permisos casi siempre estipulan el número máximo de ocupantes permitidos en la propiedad. Esta es la forma más explícita de la legislación sobre hacinamiento que enfrentará un inquilino. El permiso se basa en el tamaño de la propiedad, las instalaciones y la seguridad contra incendios, asegurando que el número de inquilinos sea adecuado para el espacio.
Los riesgos de un acuerdo fuera de libros
Un propietario podría intentar eludir estas normas alquilando habitaciones sin permiso y apretando a más inquilinos de los legales. Esto representa un riesgo significativo para los inquilinos. En primer lugar, aquellos que no pueden registrarse en la dirección enfrentarán enormes dificultades administrativas. En segundo lugar, si el municipio descubre la situación ilegal (a menudo a través de las quejas de los vecinos), puede declarar la ocupación ilegal. Esto puede llevar a que el municipio obligue a los inquilinos a abandonar la propiedad, independientemente de su contrato de alquiler. El propietario enfrentará multas considerables, pero los inquilinos serán los que queden sin hogar.