El sistema de controles
huurnormering, o regulación de alquiler, es un término amplio que abarca todo el marco legal diseñado para controlar los precios de alquiler en los Países Bajos. No es una única norma sino una colección de leyes y regulaciones que buscan proteger a los inquilinos y garantizar la asequibilidad de una parte significativa del mercado de la vivienda. Los dos pilares más importantes de este sistema son la evaluación inicial del alquiler y los límites anuales de incremento del alquiler. El precio inicial del alquiler para las propiedades del sector regulado está determinado por el Woningwaarderingsstelsel (WWS), o sistema de puntos. Esto garantiza que el alquiler esté ligado a la calidad objetiva de la propiedad desde el inicio del contrato. Este es el núcleo del sistema huurnormering.
En segundo lugar, el sistema impone límites estrictos a cuánto puede aumentar el alquiler un arrendador cada año. Para el sector regulado, el gobierno anuncia un aumento porcentual máximo anual, que a menudo está ligado a la inflación o al crecimiento medio de los salarios. Para el sector libre, si bien hay más libertad, la legislación reciente también ha introducido un tope a los aumentos anuales (típicamente inflación + 1%) para frenar incrementos excesivos. Huurnormering es por tanto un proceso continuo de control, que rige no solo el alquiler inicial sino su evolución a lo largo de toda la duración del arrendamiento.
El propósito y la política de la regulación
El propósito fundamental de huurnormering es tratar la vivienda como un bien social, no solo como una mercancía del mercado. Reconoce que, sin regulación, las fuerzas del mercado en un país densamente poblado con una escasez de vivienda conducirían a alquileres inasequibles para una gran parte de la población. El sistema está diseñado para proporcionar seguridad y previsibilidad para los inquilinos. Sin embargo, el alcance y la intensidad de esta regulación son un tema constante de feroz debate político. Los propietarios e inversores inmobiliarios a menudo argumentan que una regulación estricta de los alquileres desalienta la inversión en nueva construcción y mantenimiento de viviendas, lo que agrava la escasez de vivienda a largo plazo. Abogan por una mayor liberalización para permitir que el mercado funcione libremente. Por otro lado, las asociaciones de inquilinos y los partidos políticos progresistas abogan por fortalecer y ampliar la regulación de alquileres para abarcar una parte más grande del mercado, particularmente el segmento 'mid-market', para combatir la crisis de asequibilidad. Las reglas y umbrales exactos del sistema huurnormering no son estáticos; son un reflejo directo de los vientos políticos predominantes y de la lucha continua entre tratar la vivienda como un derecho frente a un activo financiero.