La naturaleza subjetiva de 'Overlast'
La molestia por ruido, o geluidsoverlast, es una de las quejas más comunes en las ciudades densamente pobladas de los Países Bajos. Qué constituye 'molestia' es altamente subjetivo, pero en términos legales, se define como ruido que es irrazonable en su naturaleza, severidad o duración. Se espera que todos toleren un cierto nivel de 'ruido cotidiano' (leefgeluiden) de sus vecinos: el sonido de pasos, una aspiradora durante el día o un bebé llorando. El problema se vuelve accionable cuando el ruido es excesivo y persistente, infringiendo su derecho fundamental a woongenot (disfrute tranquilo de su hogar). Esto podría incluir música alta tarde en la noche, gritos constantes o ruido de actividades comerciales llevadas a cabo desde un apartamento residencial.
Un enfoque paso a paso para la resolución
Si experimenta molestias por ruido, la cultura holandesa y el sistema legal tienden a favorecer un enfoque progresivo, comenzando por una resolución informal.
- Conversación directa: El primer paso siempre es intentar mantener una conversación amistosa con el vecino que cause el ruido. Podría no ser consciente de cuánto sonido se propaga por el edificio.
- Participación del arrendador o de la VvE: Si un enfoque directo falla, el siguiente paso es notificar formalmente por escrito a su arrendador o a la Asociación de Propietarios del edificio (
VvE). Tienen la obligación de abordar las molestias entre sus inquilinos o miembros.
- Mediación (
Buurtbemiddeling): La mayoría de los municipios ofrecen servicios gratuitos de mediación vecinal. Un tercero neutral puede ayudar a facilitar una conversación y encontrar una solución.
- Policía o ejecución municipal: Para ruidos agudos durante la noche, puede llamar a la policía. Para problemas estructurales (p. ej., aislamiento acústico deficiente que viola el
Bouwbesluit), puede involucrar al municipio.
- Acción legal: Como último recurso, un inquilino puede iniciar un proceso legal para obligar al vecino o al arrendador a abordar la molestia. Esto a menudo requiere pruebas extensas, como un registro detallado de los incidentes de ruido (fechas, horas, naturaleza del ruido).
Es fundamental construir un dossier. Lleve un registro, registre el ruido si es posible (teniendo en cuenta las leyes de privacidad) y guarde toda la correspondencia escrita con su vecino y el arrendador. Sin pruebas, una queja por ruido es solo la palabra de una persona frente a la de otra.