Los Juegos del Hambre de la Vivienda
Un biedingsprocedure, o proceso de pujas, se ha convertido en una característica cada vez más común y estresante del mercado de alquiler en las ciudades más populares de los Países Bajos. En un sistema que sufre de una oferta de vivienda crónicamente insuficiente, los propietarios y sus agentes pueden aprovechar la desesperación de los posibles inquilinos para subir los precios y seleccionar al candidato 'perfecto'. Cuando se anuncia una propiedad deseable, el agente a menudo programa una o dos jornadas de puertas abiertas concurridas, tras las cuales se invita a todas las partes interesadas a presentar su 'mejor oferta' antes de una fecha límite. Esto no es una subasta transparente; suele ser un proceso de ofertas selladas donde no tienes idea de lo que están ofreciendo los demás. Te ves obligado a hacer una estimación ciega de cuánto necesitas sobrepujar para tener una oportunidad.
Este proceso va más allá del precio de alquiler. A los solicitantes normalmente se les pide presentar un expediente completo que incluya no solo su oferta, sino también comprobantes de ingresos (a menudo exigiendo un ingreso bruto de 3 a 4 veces el alquiler mensual), contratos de trabajo, y a veces incluso una carta de motivación que explique por qué serían el inquilino ideal. Esto convierte la búsqueda de vivienda en una competencia profundamente personal e invasiva. El arrendador no está obligado a elegir al postor más alto. Pueden, y lo hacen, seleccionar a los inquilinos en función de una amplia gama de criterios subjetivos, como la estabilidad percibida, la composición del hogar (una pareja que trabaje suele ser preferida frente a estudiantes o compartidores), o simplemente una 'buena impresión'. Esta falta de transparencia crea un ambiente propicio para la discriminación, ya sea consciente o inconsciente.
Un sistema opaco y no regulado
Uno de los aspectos más frustrantes del biedingsprocedure para alquileres es su total falta de regulación y transparencia. A diferencia del mercado de ventas, donde hay crecientes llamados a registros de pujas más transparentes, el mercado de alquiler es una caja negra. El agente no tiene la obligación de decirle cuántas otras ofertas hubo, cuál fue la puja ganadora, o por qué se rechazó su solicitud. Esta opacidad genera una profunda desconfianza. ¿Perdiste porque tu oferta era demasiado baja, o es que al arrendador no le gustó el aspecto de tu nombre? ¿Realmente hubo otra oferta más alta, o fue el agente simplemente usando eso como una coartada para que aumentaras tu oferta? A menudo no hay forma de saberlo.
Este sistema coloca a los inquilinos en una posición imposible. Pujar demasiado bajo significa rechazo seguro. Pujar demasiado alto significa que podrías estar atándote a un alquiler insostenible durante el próximo año o más, y es posible que nunca sepas si pagaste €200 al mes más que la siguiente oferta más alta. Los inquilinos deben abordar estas situaciones con extrema cautela. Establezca un presupuesto máximo firme basado en su situación financiera real, no en el miedo a quedarse fuera. Presente su solicitud de forma profesional y completa para facilitarle al agente. Pero prepárese para rechazos arbitrarios y un proceso que a menudo se siente más como una lotería que como una transacción comercial justa. El biedingsprocedure es un síntoma crudo de un mercado de vivienda profundamente roto, donde la necesidad básica de vivienda se convierte en una competencia de alto riesgo.



















