El reloj que marca el tiempo para las reclamaciones legales
Verjaring, o la prescripción, es un principio legal fundamental que establece que un derecho o reclamación legal no puede hacerse valer para siempre. Establece un periodo fijo, un 'reloj que marca el tiempo' dentro del cual una parte debe iniciar una acción legal. Si el plazo vence, la reclamación 'caduca', y el derecho a hacer valerla a través de un tribunal se pierde. Este principio proporciona seguridad jurídica y evita que las partes se enfrenten a reclamaciones antiguas y olvidadas. Esto se aplica a todo tipo de disputas de alquiler, tanto para inquilinos como para propietarios.
Para los inquilinos, uno de los periodos de prescripción más relevantes es para reclamaciones financieras. Por ejemplo, si su arrendador le ha cobrado de más por costos de servicio (servicekosten), tiene derecho a recuperar la cantidad que pagó de más. El plazo de prescripción para este tipo de reclamación (vordering uit onverschuldigde betaling) es generalmente de cinco años desde el momento en que usted tomó conocimiento de la reclamación (por ejemplo, desde la fecha en que recibió el último estado anual). De manera similar, si un arrendador desea reclamar daños a la propiedad después de que un inquilino se haya mudado, debe hacerlo dentro de un periodo razonable, normalmente dentro de cinco años.
'Stuiting': Pausar el Reloj
Es posible 'pausar' o reiniciar el reloj de la prescripción. Esto se llama stuiting (interrupción). Para interrumpir el periodo de prescripción, el reclamante debe enviar una notificación formal por escrito a la otra parte, declarando inequívocamente que todavía está reclamando su derecho. Una stuitingsbrief (carta de interrupción) debidamente ejecutada restablece el reloj de cinco años, comenzándolo de nuevo desde la fecha de la carta. Este es un mecanismo crucial para preservar una reclamación mientras las negociaciones están en curso, sin tener que recurrir de inmediato a presentar una demanda. El fallo en interrumpir formalmente la verjaring puede resultar en la pérdida permanente de una reclamación válida.