El permiso gubernamental
Un omgevingsvergunning es un permiso único e integrado emitido por el municipio que abarca todos los aspectos de la construcción, renovación, planificación espacial y impacto ambiental. Reemplazó una red confusa de permisos separados para la construcción, demolición y regulaciones ambientales, simplificando el proceso para los propietarios. Para un inquilino, el omgevingsvergunning suele ocurrir en segundo plano, pero puede tener un impacto directo y significativo en su arrendamiento. Un arrendador debe solicitar este permiso para una amplia gama de actividades, desde construir una ventana de ático (dakkapel) o ampliar la propiedad, hasta dividir una casa grande en varios apartamentos más pequeños (splitsing) o incluso simplemente cambiar el uso designado de un edificio de comercial a residencial.
El proceso de solicitud es público. El municipio publicará la solicitud en línea, y a menudo los vecinos directos serán notificados por correo. Esto les da a las partes interesadas, incluidos los inquilinos del edificio o de propiedades adyacentes, el derecho a ver los planes y presentar una objeción (bezwaar indienen) si creen que el proyecto les afectará negativamente. Por ejemplo, un inquilino podría oponerse al plan del arrendador de construir una gran ampliación que bloquearía toda la luz solar a su apartamento, o a la conversión de una oficina tranquila de al lado en un restaurante ruidoso. Aunque las objeciones no están garantizadas de tener éxito, es un derecho importante que permite a los inquilinos una voz en los cambios que ocurren en su entorno de vivienda inmediato.
Cuándo los permisos afectan al arrendamiento
La necesidad de un omgevingsvergunning por parte del arrendador puede cruzarse directamente con los derechos del inquilino de varias maneras. Lo más significativo es en el caso de 'uso personal urgente' (dringend eigen gebruik) como base para la terminación de un contrato de alquiler. Un arrendador puede desear terminar un contrato de alquiler porque planea realizar renovaciones extensas y transformadoras que no pueden hacerse mientras el inquilino vive allí. En tal caso, el arrendador no puede simplemente decir que quiere renovar; debe demostrar que tiene un plan concreto y viable. Un omgevingsvergunning concedido para las obras propuestas es a menudo una pieza clave de evidencia que tendrían que presentar ante un juez para demostrar que sus intenciones son serias y que la renovación es tan sustancial que el inquilino no puede permanecer en la propiedad. Sin el permiso, un juez probablemente consideraría el plan del arrendador como especulativo y fallaría a favor de que el inquilino permanezca. Los inquilinos también deben estar atentos a construcciones ilegales. Si un arrendador ha creado una terraza en la azotea o convertido un ático en dormitorio sin el omgevingsvergunning requerido, puede tener consecuencias graves. El municipio puede ordenar al arrendador deshacer las obras ilegales (handhaving), lo que podría significar que el inquilino pierda acceso a una parte de la propiedad alquilada. Puede incluso, en casos extremos, dejar la propiedad insegura o ilegal para ocupar. Una búsqueda rápida en el sitio web de registros públicos del municipio puede a veces revelar si el estado actual de la propiedad coincide con sus planes permitidos, una pieza útil de diligencia debida para un inquilino escéptico.