Tu parte del acuerdo
Aunque la ley neerlandesa ofrece fuertes protecciones a los inquilinos, el contrato de alquiler es una calle de doble sentido. Un arrendamiento es una transacción comercial y, como inquilino, tienes un conjunto claro de obligaciones legales que debes cumplir. No cumplir con estas obligaciones puede debilitar tu posición legal en una disputa y, en casos graves, incluso proporcionar al propietario motivos para el desalojo. Estos deberes se basan en el principio legal de que debes actuar como un 'goed huurder' (goed huurder). Es un concepto amplio, pero se reduce a tres responsabilidades centrales: pagar por el uso de la vivienda, cuidar la vivienda y no perturbar el derecho de otros a disfrutar de su propia propiedad. Comprender y cumplir estas obligaciones es la base de un arrendamiento estable y sin conflictos.
Estas obligaciones no son solo lo que figura en tu contrato; muchas están también definidas por el Código Civil neerlandés. Eso significa que incluso si tu contrato guarda silencio sobre un asunto específico, estos deberes legales por defecto siguen aplicando. Un propietario puede esperar razonablemente que trates su propiedad con cuidado y respeto, del mismo modo que tú puedes esperar razonablemente que te proporcionen un hogar seguro y bien mantenido. Cumplir tu parte de este acuerdo es la forma más eficaz de asegurar que tus propios derechos estén protegidos.
La obligación financiera: pago puntual del alquiler
Esta es la obligación más fundamental de cualquier inquilino. Has aceptado pagar una cantidad específica de dinero a cambio del derecho a vivir en la vivienda, y este pago debe hacerse íntegro y a tiempo, cada mes. El contrato especificará la fecha de vencimiento, que típicamente es en o antes del primer día del mes. Pagar la renta constantemente con retraso, incluso por unos pocos días, constituye un incumplimiento del contrato. Aunque un único pago tardío probablemente no tenga consecuencias graves, un patrón de retrasos puede ser usado por el propietario como evidencia de mala conducta del inquilino en una disputa legal.
Si no puedes pagar la renta debido a dificultades financieras, lo peor que puedes hacer es no hacer nada. Ignorar el problema solo lo empeorará. La medida proactiva y correcta es contactar inmediatamente a tu propietario o administrador de la propiedad, explicar la situación e intentar negociar un plan de pago temporal. Aunque no están obligados a aceptarlo, muchos propietarios prefieren un inquilino que se comunica abiertamente a uno que simplemente deja de pagar. Una deuda de alquiler significativa (huurachterstand), típicamente equivalente a tres meses de renta, es una de las razones más fuertes y comunes por las que un juez puede otorgar un desalojo. Esta obligación no es negociable; no puedes retener legalmente la renta por una disputa sobre una reparación menor, por ejemplo (aunque por defectos graves no resueltos se puede solicitar formalmente una reducción de la renta a través de la Huurcommissie o los tribunales).
El deber de cuidado: mantenimiento menor y notificación
Mientras que el propietario es responsable del mantenimiento mayor, el inquilino es responsable del mantenimiento diario y de las pequeñas reparaciones (kleine herstellingen). La ley y las normativas asociadas ofrecen una lista detallada de lo que entra en esta categoría. Esto incluye tareas que son baratas y fáciles de hacer, tales como:
- Reemplazar bombillas y fusibles.
- Ajustar pomos de puertas sueltos, bisagras y tornillos.
- Limpiar desagües y canaletas para prevenir obstrucciones.
- Pintura interior menor (p. ej., rellenar pequeños agujeros de clavos cuando te mudes).
- Purgar radiadores.
Más allá de realizar estas tareas menores, tienes un deber crucial de notificar al propietario sobre defectos importantes de manera oportuna. Si detectas una pequeña filtración en el techo, debes informar al propietario de inmediato. Si no lo haces y la pequeña filtración se convierte en una mayor que causa daños significativos por agua, podrías ser considerado parcialmente responsable por los daños agravados porque tu negligencia empeoró el problema. También estás obligado a permitir el acceso a la vivienda para que el propietario o sus contratistas realicen las reparaciones o inspecciones necesarias, siempre que te den un aviso razonable. Finalmente, debes devolver la vivienda al final del arrendamiento en el mismo estado en que la recibiste, con la excepción del desgaste normal por uso. Por eso un informe detallado de entrada (check-in) es tan vital.