Obligaciones centrales del arrendador
La responsabilidad de mantener las puertas en una propiedad de alquiler recae principalmente en el arrendador, ya que las puertas se consideran componentes estructurales esenciales. Esto se aplica a la puerta principal del apartamento, a cualquier puerta de balcón o jardín, y a menudo a la puerta de entrada principal del edificio. El deber del arrendador cubre todos los aspectos significativos de la integridad y función de la puerta. Esto incluye la propia puerta y el marco de la puerta (deurkozijn). Si una puerta está deformada por la humedad y ya no encaja correctamente en su marco, causando que se atasque o dejando grandes huecos, es responsabilidad del arrendador repararla o reemplazarla. Esto no es meramente una cuestión de conveniencia; una puerta exterior mal ajustada puede representar un riesgo de seguridad significativo y una fuente importante de pérdida de energía. El arrendador también es responsable de los mecanismos de cierre primarios y de las bisagras. Si una cerradura está rota o las bisagras están tan gastadas que la puerta se inclina, estas no son reparaciones menores sino defectos que el arrendador debe abordar. En complejos de apartamentos, el mantenimiento de puertas comunitarias —la entrada principal, las puertas del trastero y las puertas contra incendios— también es responsabilidad del arrendador (o del VvE). Una puerta de entrada principal siempre abierta o rota compromete la seguridad de cada residente en el edificio. Sin embargo, los arrendadores pueden ser notablemente lentos para actuar en estos temas a menos que afecten a múltiples inquilinos que se quejan colectivamente. Podrían intentar desestimar la queja de un inquilino sobre una puerta principal con corrientes de aire como un mero problema de comodidad, ignorando convenientemente el impacto en la factura de calefacción del inquilino y la calificación general de eficiencia energética de la propiedad (energielabel).
El papel del inquilino en el mantenimiento
Mientras que el arrendador se ocupa de los grandes problemas, el inquilino es responsable del cuidado diario y del mantenimiento menor de las puertas dentro de su espacio alquilado, tal como lo estipula el Besluit kleine herstellingen (Decreto de Reparaciones Menores). Este principio de 'mantenimiento del inquilino' cubre tareas simples que no requieren habilidades especializadas ni costos significativos. Por ejemplo, se espera que el inquilino mantenga las puertas limpias, lubrique las bisagras y cerraduras para evitar chirridos y atascos, y apriete cualquier tornillo suelto en las manijas o placas de las puertas. Si un botón del timbre de la puerta (deurbel) está roto, su reemplazo suele ser responsabilidad del inquilino. La línea se vuelve difusa con las puertas interiores. Aunque el arrendador debe proporcionar puertas interiores funcionales al inicio del contrato, a menudo corresponde al inquilino realizar reparaciones menores en estas puertas durante su tenencia, como arreglar un pestillo que se atasca o reemplazar una perilla de puerta simple. El verdadero punto de discordia surge con los daños. Si un inquilino (o su invitado) causa daños a una puerta más allá del desgaste normal —por ejemplo, un agujero perforado en una puerta interior hueca— el costo de la reparación recae completamente sobre el inquilino. Los arrendadores a menudo utilizan la fianza (borg) para cubrir tales daños, a veces con costos de reparación inflados. Por lo tanto, es absolutamente crítico para los inquilinos documentar la condición de cada puerta, por dentro y por fuera, con fotos detalladas al mudarse para protegerse de ser responsabilizados por daños preexistentes.
Problemas comunes y cómo abordarlos
Los inquilinos deben estar atentos a varios problemas comunes relacionados con las puertas. Las corrientes de aire son una de las principales. Una brecha significativa bajo la puerta principal puede ser una gran fuente de pérdida de calor. Aunque el inquilino es responsable de aplicar tiras de sellado adhesivas simples, una puerta deformada que cause la corriente de aire es problema del arrendador. La seguridad es otra área crítica. Como se discutió bajo 'Cerraduras seguras', la calidad de la cerradura de la puerta principal es fundamental. Más allá de la cerradura, verifique el material de la puerta y la resistencia del marco. Una puerta endeble en un marco débil ofrece poca resistencia a un ladrón determinado, incluso con una buena cerradura. La funcionalidad de las puertas comunitarias también es clave. ¿El sistema de intercomunicación o timbre funciona de forma fiable? ¿La entrada principal se cierra de forma segura? Las fallas en estos sistemas deben ser reportadas de inmediato, ya que afectan a la seguridad de todo el edificio. Cuando surge un problema, el procedimiento es el mismo: repórtelo al arrendador por escrito con pruebas claras. Si el problema es un 'defecto grave' (ernstig gebrek), como una cerradura rota de la puerta principal que deja el apartamento sin asegurar, el arrendador debe actuar con urgencia. Si no lo hace, el inquilino puede, en casos extremos, contratar a un profesional para realizar una reparación de emergencia y deducir los costos razonables del alquiler, aunque este es un paso arriesgado que solo debe hacerse tras buscar asesoría legal. Una ruta más común para problemas no urgentes es acudir a la Huurcommissie, que puede ordenar al arrendador que realice la reparación y podría conceder una reducción del alquiler hasta que se solucione el defecto.