Una obligación de seguridad crítica
Para propiedades en alquiler que incluyen una chimenea funcional (open haard) o una estufa de leña (houtkachel), el mantenimiento de la chimenea no es solo una cuestión de cuidado: es un asunto de seguridad crítico. Cuando se quema madera o carbón, se acumula en el interior del conducto de humos una sustancia inflamable, similar al alquitrán, llamada creosota. Si no se elimina esta acumulación, puede prenderse, provocando un peligro de incendio de la chimenea que puede propagarse al resto del edificio. Además, una chimenea bloqueada puede impedir la ventilación adecuada de los gases de combustión, lo que conlleva un riesgo de intoxicación por monóxido de carbono (CO) en el interior de la vivienda. La responsabilidad de este mantenimiento es un asunto serio y está claramente dividida entre el arrendador y el inquilino.
La División de Responsabilidad: 'Vegen' vs. 'Onderhoud'
A diferencia de la ambigüedad de la limpieza de canaletas, la ley sobre el mantenimiento de la chimenea es más específica. El Besluit kleine herstellingen (Decreto de Reparaciones Menores) generalmente asigna la responsabilidad de las tareas periódicas y preventivas al inquilino. Esto significa que la limpieza regular (het vegen) de la chimenea, que normalmente se exige al menos una vez al año si la chimenea se utiliza, se considera deber del inquilino. El inquilino es responsable de contratar a un barrendero certificado (schoorsteenveger) y de asumir el costo. Por otro lado, el arrendador es responsable del mantenimiento estructural (het onderhoud) de la chimenea en sí. Esto incluye reparar grietas en la mampostería, arreglar el remate de plomo en el techo y garantizar la integridad estructural general de la pila de la chimenea. Si la chimenea no produce tiro adecuado debido a una falla estructural, es responsabilidad del arrendador repararla.
Visión escéptica e implicaciones para el seguro
El riesgo más significativo para un inquilino es no ser consciente de su responsabilidad. Muchos arrendadores no informan explícitamente a sus inquilinos que deben hacer que la chimenea se limpie. Esto es una omisión peligrosa. En caso de un incendio de la chimenea, la aseguradora del edificio del arrendador (opstalverzekeraar) iniciará una investigación. Si descubren que el incendio fue causado por la falta de una limpieza regular, pueden negarse a pagar la reclamación e incluso intentar responsabilizar financieramente al inquilino por los daños. Por lo tanto, es absolutamente esencial que un inquilino que use una chimenea la haga limpiar profesionalmente cada año y que conserve el recibo oficial (veegbewijs) del barrendero como prueba irrefutable del mantenimiento. Este pequeño documento puede salvarle de una batalla financiera y legal catastrófica.