La responsabilidad directa del inquilino
El afvalstoffenheffing, o la tasa de recogida de residuos, es un impuesto municipal que cubre el costo de recoger, separar y procesar los residuos domésticos. Esto incluye todo, desde la recogida regular de residuos generales y material orgánico hasta el mantenimiento de los contenedores de reciclaje vecinal para vidrio, papel y plástico. De todos los impuestos municipales (gemeentelijke heffingen), este es el más directo en un contexto de alquiler: siempre es responsabilidad del usuario de la propiedad. La factura es enviada directamente por la autoridad fiscal municipal a la persona o las personas registradas como residentes en la dirección. Es un impuesto sobre el hogar, no sobre la propiedad. En consecuencia, el arrendador nunca es responsable de pagar el afvalstoffenheffing para sus inquilinos.
La autoridad fiscal municipal determina a quién facturar utilizando la Basisregistratie Personen (BRP). Quien esté oficialmente registrado en una dirección el 1 de enero de un año dado suele ser responsable del impuesto para todo el año. El importe de la tasa puede variar de un municipio a otro y suele aplicarse de manera escalonada según el número de personas en el hogar (p. ej., un hogar unipersonal paga una tarifa más baja que un hogar con varias personas). Este sistema de facturación directa significa que el arrendador no tiene participación en el proceso. El afvalstoffenheffing nunca debe aparecer como parte de los servicekosten cobrados por el arrendador.
Implicaciones prácticas para los inquilinos
Como el afvalstoffenheffing está vinculado a su registro oficial, es una de las primeras facturas oficiales que recibirá después de mudarse a un nuevo hogar y registrarse en la gemeente. La factura suele enviarse en los primeros meses del año. Si se muda a una propiedad a mitad de año, la situación puede ser un poco más compleja. El inquilino anterior, que estaba registrado allí el 1 de enero, habrá recibido la factura por todo el año. Cuando se desregistre, el municipio le otorgará automáticamente un reembolso prorrateado por los meses restantes del año. Cuando se registre, recibirá una factura por su parte del año. No es necesario que los inquilinos acuerden ningún arreglo financiero entre ellos; el municipio maneja automáticamente el prorrateo.
Una advertencia para el inquilino escéptico: el afvalstoffenheffing es un impuesto obligatorio. El impago resultará en multas y un proceso de cobro de deudas iniciado por el gobierno. También es un recordatorio de la importancia de una inscripción municipal puntual y correcta. Retrasar su registro no evitará el impuesto; simplemente significará que recibirá una factura retroactiva una vez que se registre. Es un costo fundamental de residir en un municipio holandés, directamente vinculado a los servicios que utiliza cada vez que saca la basura.