El básico moderno: 'Inbouwspots'
La iluminación empotrada, conocida en los Países Bajos como inbouwspots, se ha convertido en un elemento básico de los apartamentos modernos y recién renovados. Estos accesorios de iluminación están incrustados en una abertura hueca en el techo, de modo que la bombilla y la carcasa quedan al ras de la superficie del techo. Esto crea una estética limpia y minimalista y proporciona una iluminación amplia y general sin el desorden visual de luminarias colgantes. Se encuentran con mayor frecuencia en cocinas, baños y pasillos, donde la iluminación funcional y brillante es una prioridad. Su presencia a menudo indica que una propiedad ha sido actualizada a un estándar moderno, ya que su instalación suele requerir un techo suspendido (verlaagd plafond), que a menudo forma parte de un proyecto de renovación más amplio. Aunque son una característica deseable, la calidad tanto de la instalación como de la luz en sí puede variar considerablemente.
Calidad de la Luz y la Responsabilidad del Inquilino
La mayor variable en la iluminación empotrada es la calidad de la luz que produce. Instalaciones más antiguas pueden usar bombillas halógenas, que consumen mucha energía y se calientan mucho. Las configuraciones modernas utilizan LEDs, que son mucho más eficientes. Sin embargo, la temperatura de color y el ángulo de haz de las bombillas son críticos. LEDs fríos (koud wit) con un haz estrecho pueden crear una atmósfera desagradable y clínica con sombras pronunciadas, como una sala de operaciones. Bombillas más suaves, cálidas (warm wit) con un ángulo de haz más amplio crean un ambiente mucho más acogedor. También es importante aclarar la responsabilidad: el casero es responsable de la luminaria en sí (la carcasa, el cableado, y el transformador). El inquilino suele ser responsable de reemplazar las bombillas (lampjes o lichtbronnen) cuando se funden, tal como con cualquier otra luminaria.
Desventajas y Falta de Flexibilidad
Aunque la iluminación empotrada ofrece un aspecto limpio, viene acompañada de una falta significativa de flexibilidad. Una vez instalada, la posición de las luces queda fija. No se puede mover un foco para iluminar una zona diferente o cambiar el esquema de iluminación general sin trabajos de construcción significativos. Esto puede ser un problema si las luces están mal ubicadas, creando rincones oscuros o produciendo deslumbramiento molesto en una televisión o una pantalla de ordenador. Otro problema puede ser el mantenimiento. Aunque cambiar un LED de rosca estándar es fácil, algunos luminarios LED integrados no tienen una bombilla reemplazable. En estos casos, la luminaria completa debe ser reemplazada por un electricista cuando falla, lo cual es responsabilidad del arrendador pero puede ser un gran inconveniente. Por lo tanto, un inquilino debería ver la iluminación empotrada como una característica limpia pero rígida, y prestar mucha atención a su colocación y a la calidad de la luz durante una visita.