Una red de seguridad del arrendador
Un garantstelling (garantía o aval) es un requisito común y a menudo no negociable en el competitivo mercado de alquiler privado neerlandés, particularmente para los posibles inquilinos que no cumplen por sí solos con los estrictos requisitos de ingresos del arrendador. Esto incluye estudiantes, jóvenes profesionales que recién comienzan sus carreras, autónomos, o cualquier persona sin un contrato de trabajo permanente. Es un contrato legalmente vinculante en el que una tercera parte, la garantsteller (aval), asume la responsabilidad financiera de las obligaciones del inquilino. Si el inquilino no paga la renta o provoca daños en la propiedad, el arrendador tiene el derecho legal de exigir el pago directamente al garante.
La carga del garante
Convertirse en garante no es una mera formalidad; es un compromiso financiero significativo. Los arrendadores suelen exigir que el garante—a menudo un padre o un familiar cercano—resida en los Países Bajos y tenga ingresos altos y estables, exigiendo frecuentemente que su salario mensual bruto sea al menos cuatro o cinco veces la renta mensual. Estarán sujetos a la misma escrutinio financiero que el inquilino, necesitando proporcionar contratos de trabajo y recibos de sueldo. La garantstelling no es una promesa puntual; es una responsabilidad continua que dura para toda la duración del contrato de alquiler, incluidas todas las renovaciones y extensiones. Esta práctica, si bien proporciona seguridad a los arrendadores, a menudo es criticada por crear una barrera de entrada para las personas que carecen de acceso a un garante adinerado, haciendo que el acceso a la vivienda dependa de la riqueza familiar más que del mérito individual.