La evaluación energética de una propiedad
El Energielabel
(Etiqueta energética) es un documento legalmente obligatorio que proporciona una calificación estandarizada de la eficiencia energética de una vivienda. La etiqueta utiliza una escala de letras, similar a la que ves en los electrodomésticos. Las viviendas de clase A (especialmente A++++) están muy aisladas, son modernas y eficientes energéticamente, mientras que las viviendas de clase G suelen ser más antiguas, con corrientes de aire y mal aisladas. El arrendador está legalmente obligado a proporcionarte una copia de la etiqueta energética cuando firmas el contrato de alquiler.
Para un inquilino, la etiqueta energética no es solo una calificación abstracta; es una previsión directa de tus futuras facturas de servicios públicos. Una propiedad con una etiqueta energética deficiente (p. ej., D, E o F) requerirá significativamente más gas para calentar en invierno, lo que conducirá a costos energéticos mensuales mucho más altos. Una propiedad con una buena etiqueta (p. ej., A o B) será más cómoda y más barata de mantener. En una era de precios de la energía volátiles, una buena etiqueta energética es una gran ventaja financiera.
El impacto legal y financiero
El Energielabel
tiene un impacto directo en el alquiler máximo legal de las propiedades reguladas. Cuanto mejor sea la etiqueta energética, más puntos obtendrá la propiedad en el sistema de puntos de vivienda (woningwaarderingsstelsel
). Esto crea un fuerte incentivo financiero para que los propietarios inviertan en mejoras de sostenibilidad como el doble acristalamiento o el aislamiento, ya que les permite cobrar legalmente un alquiler más alto. Si un arrendador ha renovado recientemente una propiedad y mejorado su etiqueta energética, deberías esperar que el alquiler refleje esto.
Como posible inquilino, siempre deberías pedir ver la etiqueta energética antes de firmar un contrato. Si un arrendador es evasivo o no puede proporcionarla, es una señal de alerta. Sugiere que no cumplen la ley y pueden estar descuidando la propiedad de otras maneras. Trata la etiqueta energética como una herramienta clave de toma de decisiones en tu búsqueda de vivienda. Un apartamento ligeramente más caro con una etiqueta A podría, de hecho, ser más barato en conjunto que un apartamento menos caro con una etiqueta F una vez que tengas en cuenta las facturas mensuales de energía.