La calificación de A a G de sus facturas de servicios públicos
La 'energielabel' es un certificado estandarizzato de rendimiento energético para edificios en los Países Bajos, incluyendo propiedades de alquiler. Al igual que las conocidas etiquetas de eficiencia energética en refrigeradores o lavadoras, evalúa una vivienda en una escala de A++++ (la más eficiente, a menudo energéticamente neutra) hasta G (la menos eficiente, un gran consumidor de energía). Desde 2015, es un requisito legal que los arrendadores proporcionen al inquilino una copia de la etiqueta energética definitiva de la propiedad al firmar un nuevo contrato de alquiler. Además, la calificación de la etiqueta debe indicarse en cualquier anuncio en línea o fuera de línea de la propiedad. Un arrendador que no proporcione la etiqueta puede ser multado por la Inspectie Leefomgeving en Transport (Inspectie Leefomgeving en Transport).
La etiqueta es determinada por un asesor energético certificado que evalúa la propiedad basándose en unas 150 características diferentes. La calificación final no es solo una suposición; es una puntuación calculada basada en características tangibles. Los factores clave incluyen:
- Aislamiento: la calidad y presencia del aislamiento en el techo, suelos y paredes exteriores.
- Acristalamiento: si las ventanas son de vidrio sencillo, doble estándar o triple de alta eficiencia (HR++) ??
- Sistema de calefacción: la edad y la eficiencia de la caldera de calefacción central (
CV-ketel), la bomba de calor u otros sistemas.
- Ventilación: el tipo de sistema de ventilación existente.
- Energía renovable: la presencia de paneles solares o calentadores solares de agua.
Este sistema está diseñado para hacer visible lo invisible —la eficiencia energética—, permitiendo a los posibles inquilinos tenerla en cuenta en su proceso de toma de decisiones.
Cómo te afecta el Energielabel
El impacto más directo y significativo de la etiqueta de energía para un inquilino es financiero. La base de alquiler (kale huur) es solo una parte de su costo total de vivienda; las facturas de energía son el otro componente principal. Una propiedad con una etiqueta energética pobre (p. ej., F o G) puede costar fácilmente cientos de euros más al mes para calefacción durante el invierno que una propiedad bien aislada con una etiqueta A o B. Este 'costo oculto' puede convertir un apartamento aparentemente asequible en una carga financiera. Los inquilinos a menudo subestiman lo dramática que puede ser esta diferencia. Un antiguo apartamento en esquina, sin aislamiento, con ventanas de vidrio sencillo puede sentirse perpetuamente frío y tener facturas de gas sorprendentemente altas, independientemente de cuán moderna parezca la cocina.
| Energielabel | Características típicas | Impacto en el inquilino |
|---|
| A / B | Buen aislamiento, acristalamiento HR++, caldera moderna | Facturas de energía bajas, alto confort, temperatura interior estable. |
| C / D | Aislamiento moderado, doble acristalamiento estándar | Facturas de energía promedio, generalmente cómodo. |
| E / F / G | Pobre/no hay aislamiento, acristalamiento sencillo, caldera antigua | Facturas de energía altas, con corrientes de aire, propensas al moho, bajo confort. |
La etiqueta energética también juega un papel en el sector de alquiler regulado. Bajo el sistema de valoración de viviendas (WWS, o Woningwaarderingsstelsel), las propiedades obtienen puntos por diversas características, y el total de puntos determina el alquiler legal máximo. La eficiencia energética de la propiedad es un factor clave en este cálculo. Una mejor etiqueta energética otorga más puntos, lo que podría elevar el valor de la propiedad. Por el contrario, una etiqueta muy pobre resulta en una deducción de puntos, lo que a veces puede hacer que una propiedad costosa de otro modo esté por debajo del umbral de alquiler, dando al inquilino el derecho a un alquiler más bajo.
El futuro de la eficiencia energética en los alquileres neerlandeses
El gobierno neerlandés tiene objetivos climáticos ambiciosos, y mejorar la eficiencia energética del stock de viviendas existente es un foco político importante. Esto aumenta la presión sobre los arrendadores para invertir en sostenibilidad. Existen regulaciones vigentes y hay más en el horizonte que buscan eliminar gradualmente las propiedades de alquiler más ineficientes. Por ejemplo, se está implementando una regla para prohibir el alquiler de propiedades con etiquetas E, F o G en un futuro cercano. Esto obliga a los propietarios a realizar mejoras como instalar doble acristalamiento o añadir aislamiento.
Para los inquilinos, esto es una espada de doble filo. A largo plazo, promete un stock de viviendas más cómodo, más asequible de mantener y mejor para el medio ambiente. Sin embargo, a corto plazo, puede dar lugar a renovaciones que son disruptivas y que a menudo son utilizadas por los propietarios como justificación para aumentos significativos de la renta (woningverbetering). Un inquilino escéptico podría observar que, si bien el propietario se beneficia de una propiedad más valiosa y el gobierno cumple sus objetivos climáticos, el inquilino a menudo paga la mejora a través de un alquiler más alto. A pesar de esto, al buscar un nuevo hogar, la energielabel debe tratarse como un criterio de búsqueda principal, tan importante como la ubicación o el número de habitaciones. Es un indicador directo de su futura comodidad y gasto financiero.