El 'Asesino silencioso' en los hogares holandeses
El monóxido de carbono (CO), o koolmonoxide en holandés, es un gas incoloro e inodoro producido por la combustión incompleta de combustibles como gas natural, madera o propano. En el contexto de una vivienda de alquiler en los Países Bajos, las fuentes potenciales más comunes son calentadores de agua a gas más antiguos (geisers), calderas de calefacción central (CV-ketels), y ocasionalmente estufas o chimeneas de gas. A diferencia de la claridad legal absoluta que rodea a las alarmas de humo, las normas para los detectores de CO ocupan una zona gris frustrante. Actualmente no existe una ley nacional que haga que los detectores de CO sean universalmente obligatorios en cada vivienda, de la misma manera que la rookmelderplicht lo es para las alarmas de humo. Esta distinción crucial a menudo pasa desapercibida tanto para inquilinos como para propietarios, lo que da lugar a una peligrosa mezcla de suposición e inacción.
La ausencia de una exigencia rígida no significa, sin embargo, que el riesgo sea menos real. Cada año, cientos de personas son hospitalizadas por intoxicación por CO en los Países Bajos. El peligro es particularmente agudo en edificios antiguos, que pueden seguir teniendo aparatos de combustión 'abiertos' que extraen aire de la habitación en la que se encuentran. Un geiser mal mantenido o ventilado de forma inapropiada, a menudo escondido en una cocina o baño, puede llenar rápida y silenciosamente un espacio pequeño con gas letal. Los inquilinos, especialmente aquellos que no están familiarizados con las viviendas neerlandesas, pueden ni siquiera reconocer estos electrodomésticos o entender el riesgo que plantean, haciendo que el papel del arrendador para garantizar la seguridad sea absolutamente fundamental.
Deber de diligencia del arrendador ('Zorgplicht')
Aunque no exista una ley específica que exija un detector, los arrendadores están vinculados por un principio legal más amplio: la zorgplicht, o deber de cuidado. Esta obligación general exige que un arrendador proporcione una vivienda que sea segura y esté libre de defectos que puedan perjudicar al inquilino. Se puede argumentar que no garantizar la seguridad de un aparato de combustión alimentado por combustible cae directamente bajo este deber. Esto incluye garantizar que el aparato reciba un mantenimiento regular y certificado (onderhoud) y esté debidamente ventilado. En una vivienda que contiene dicho aparato, se puede argumentar firmemente que la zorgplicht implica implícitamente la instalación de un detector de CO como una red de seguridad final y esencial. Si ocurre un accidente, un arrendador que sabía (o debería haber sabido) del riesgo pero no proporcionó un detector podría ser considerado negligente y ser responsable de los daños.
Sin embargo, aquí es donde el inquilino escéptico debe estar atento. Un arrendador podría interpretar su deber de forma estrecha, centrarse solo en el mantenimiento bianual legalmente requerido de CV-ketel mientras ignora la necesidad de un detector. Podrían considerar el dispositivo como un gasto opcional en lugar de una pieza esencial de equipo de seguridad. Podrían realizar el mantenimiento ellos mismos en lugar de contratar a un profesional certificado (gecertificeerd monteur), una práctica peligrosa e ilegal. El inquilino, por lo tanto, no puede ser pasivo. Es crucial consultar proactivamente el historial de mantenimiento de todos los aparatos de gas e insistir en la instalación de un detector de CO si no está presente. Un arrendador razonable cumplirá.
Acciones y buenas prácticas del inquilino
Al mudarte, un inquilino debe identificar de inmediato todos los aparatos de combustión. Si ves un geiser antiguo o un CV-ketel ubicado dentro de tu sala de estar, tus antenas deben ponerse en alerta. Pregunte directamente al arrendador: "¿Cuándo fue por última vez atendido este aparato por un profesional certificado y puede proporcionar el informe de mantenimiento?" y "¿Existe un detector de monóxido de carbono instalado?" Si no hay detector, debe solicitárselo por escrito, citando la zorgplicht del arrendador y el peligro potencial. Un arrendador razonable cumplirá.
Si el arrendador se niega o retrasa interminablemente, no espere. El riesgo es demasiado alto. Un detector de CO fiable puede adquirirse por entre €20 y €50 en cualquier almacén de hardware grande (bouwmarkt). Este es un pequeño precio a pagar por tu seguridad. A diferencia de las alarmas de humo que se colocan en el techo, los detectores de CO deben estar ubicados a la 'altura de respiración' en una pared, aproximadamente a 1,5 metros del suelo, en la misma habitación que la fuente potencial. También deben colocarse a cierta distancia del propio aparato para evitar falsas alarmas. Si tienes electrodomésticos en varias habitaciones, cada habitación necesita un detector. Tomar este paso por tu cuenta aporta tranquilidad inmediata y es una medida esencial si tu arrendador está fallando en su deber fundamental de cuidado.