Flexibilidad a costa de la seguridad
El contrato de alquiler temporal (contrato de alquiler temporal) es una adición relativamente nueva a la legislación de vivienda de los Países Bajos, introducida en 2016 para añadir flexibilidad a un mercado de alquiler tradicionalmente rígido. Estos contratos tienen una duración fija: un máximo de dos años para una vivienda independiente o cinco años para una habitación individual. Su característica principal, y la razón principal de su existencia, es que proporcionan una excepción a las fuertes reglas de protección de los inquilinos de los Países Bajos. Ofrecen una ruta de salida sencilla para los propietarios, pero para los inquilinos, crean un estado persistente de incertidumbre.
Desde la perspectiva del arrendador, el contrato temporal es una solución al 'problema' del contrato indefinido. Les permite alquilar su propiedad sin el temor a quedar atrapados con un inquilino durante décadas. Para los inquilinos, especialmente expatriados o estudiantes que pueden no permanecer a largo plazo, también puede ofrecer flexibilidad, ya que el inquilino tiene la posibilidad legal de rescindir el alquiler en cualquier momento con un preaviso de un mes. No quedan atados al periodo completo de dos años.
La cláusula de salida del arrendador
La característica definitoria de un contrato temporal es lo que sucede al final del plazo. A diferencia de un contrato indefinido, el arrendador no necesita una razón legal para terminar el contrato. Simplemente pueden decidir no continuar la relación de alquiler. Esta es la compensación central del contrato temporal: el inquilino obtiene un hogar por un periodo definido, pero sin garantía de permanecer más allá de esa fecha. El arrendador debe informar por escrito al inquilino de que el contrato está terminando. Este preaviso debe darse entre tres meses y un mes antes del último día del contrato. Este periodo de preaviso es absolutamente crítico.
La trampa de conversión
El periodo de preaviso no es una simple formalidad; es un resorte legal para el arrendador. Si el arrendador olvida enviar el aviso, o lo envía demasiado pronto o demasiado tarde, el contrato temporal se convierte automáticamente e inmediatamente en un contrato indefinido. En ese momento, el inquilino adquiere plena seguridad de tenencia, y el arrendador pierde su opción de salida fácil. No hay segundas oportunidades. Este resultado de todo o nada convierte el periodo de preaviso en una de las fechas más importantes para cualquier arrendador con un contrato de arrendamiento temporal. Para los inquilinos que se acercan al final de su plazo, el silencio del arrendador puede ser una fuente de gran ansiedad o de esperanza.