La nueva amenidad esencial
Un cargador para vehículos eléctricos (VE), o cargador, en una propiedad de alquiler se refiere a una estación de carga privada conectada a un espacio de estacionamiento dedicado. Con el rápido aumento de la movilidad eléctrica en los Países Bajos, la posibilidad de recargar en casa está pasando de ser un lujo a una necesidad casi vital para los propietarios de VE. Esto se distingue de depender de la extensa red de cargadores públicos de calles (estaciones de carga públicas), ya que un cargador privado ofrece comodidad, fiabilidad y, a menudo, costos de electricidad más bajos. Para los propietarios, anunciar una propiedad con un cargador de VE preinstalado se está convirtiendo en un punto de venta significativo, particularmente en los segmentos más altos del mercado de alquiler y en edificios de nueva construcción.
El dilema del inquilino: instalación y costos
Para un inquilino en una propiedad que no tiene cargador, instalar uno puede ser un proceso complejo y frustrante. La cuestión central es siempre: ¿quién paga? Los propietarios a menudo dudan en invertir varios miles de euros para instalar un cargador para un inquilino que puede quedarse solo unos años. La situación es aún más complicada en edificios de apartamentos. La instalación requiere el permiso de la Asociación de Propietarios (VvE), lo que puede ser un proceso lento y burocrático. La VvE debe considerar la capacidad eléctrica total del edificio y establecer un sistema justo para gestionar los costos del consumo de electricidad. Existen varios modelos:
- Cargador privado en su propio medidor: El escenario ideal en el que el cargador está conectado al medidor eléctrico propio del inquilino. A menudo es técnicamente difícil y costoso.
- Cargadores compartidos con suscripción: La VvE instala varios cargadores que los residentes pueden usar con una tarjeta de carga, con los costos facturados automáticamente.
- El inquilino instala, el arrendador aprueba: Un inquilino podría ofrecer pagar la instalación por sí mismo, pero esto requiere el permiso del arrendador y de la VvE y plantea preguntas sobre qué sucede con el cargador cuando el inquilino se muda.
Un inquilino con un VE debe ser escéptico ante promesas vagas y aclarar detalladamente la situación de la carga antes de firmar un contrato de alquiler. El derecho a instalar un cargador aún no es un derecho garantizado para el inquilino, lo que lo convierte en un punto clave de negociación."



















