Una visión poco común en los hogares de los Países Bajos
La calefacción por rodapié es un término que requiere una definición cuidadosa en un contexto neerlandés, ya que es muy poco común y puede referirse a dos sistemas muy diferentes. El primero, calefacción por rodapié hidrónica, utiliza agua caliente de una caldera central que circula por tuberías acanaladas ubicadas a lo largo de la base de las paredes. Esto es extremadamente raro. El segundo, y ligeramente más común (aunque todavía inusual) aplicación, es un plintradiator o plintverwarming, que suele ser un radiador pequeño, con ventilador, instalado en el plinto o en el espacio de zócalo debajo de los gabinetes de la cocina. Esto se utiliza como una fuente de calor suplementaria, que ahorra espacio, y no para calentar toda la casa. El tercer tipo, calefacción por rodapié eléctrica, es una señal de alerta importante. Este sistema utiliza calefactores de resistencia eléctrica y casi nunca se utiliza como calefacción principal en los Países Bajos debido a los precios extremadamente altos de la electricidad en el país. Una propiedad de alquiler anunciada con calefacción por rodapié eléctrica como su fuente principal de calor es una garantía de facturas energéticas asombrosas en el invierno, y debe evitarse.
Diferenciando usos: Primaria vs. Suplementaria
Es crucial entender si un anuncio que menciona calefacción por rodapié se refiere a un sistema primario o suplementario. Si se instala un pequeño plintradiator debajo de los gabinetes de la cocina, es una característica ingeniosa que ahorra espacio y diseñada para proporcionar un poco de calor en una zona específica. Funciona a partir del sistema de calefacción central principal y es una característica perfectamente aceptable y a veces deseable. Sin embargo, si el sistema de calefacción entero de un apartamento consta de calentadores de rodapié eléctricos a lo largo de las paredes de cada habitación, un inquilino potencial debe estar extremadamente alerta. Esta configuración suele ser un indicio de una renovación barata o mal planificada. Aunque el costo de instalación es bajo para el arrendador, los costos de funcionamiento para el inquilino serán exorbitantes en comparación con un sistema de radiadores de gas estándar. Siempre pregunte por la etiqueta energética oficial de la propiedad (energielabel) y, si es posible, cuestione las facturas de energía promedio del inquilino anterior.
Por qué no es una solución de uso general
Más allá del costo prohibitivo de la electricidad, la calefacción por rodapié tiene otras desventajas que han impedido que se vuelva popular en los Países Bajos. Como los radiadores tradicionales, los calefactores de rodapié pueden restringir la colocación de muebles; no puedes colocar un sofá o una estantería directamente frente a ellos sin bloquear el flujo de calor. También pueden ser un problema de mantenimiento, ya que las aletas pueden acumular polvo y pelo de mascotas, reduciendo su eficiencia y requiriendo limpieza regular. Dada la abrumadora eficiencia, comodidad y familiaridad del CV-ketel y del sistema de radiadores, ha habido poco o ningún incentivo del mercado para que desarrolladores o arrendadores adopten la calefacción por rodapié como una solución primaria para propiedades residenciales.