Una obligación innegociable de proporcionar calefacción
En los Países Bajos, un arrendador tiene un deber legal fundamental de proporcionar al inquilino una propiedad que cuente con un sistema de calefacción funcional y eficiente. Este es un componente central de una vivienda habitable, especialmente dada el clima. El arrendador es responsable de la instalación, reparaciones mayores y el eventual reemplazo de la fuente principal de calefacción. Esto suele ser, con mayor frecuencia, una caldera de calefacción central alimentada por gas (CV-ketel), pero también podría ser una conexión a una red de calefacción (stadsverwarming) o, en edificios nuevos, una bomba de calor (warmtepomp). Si el sistema de calefacción se descompone por completo, dejando al inquilino en frío, el arrendador debe actuar con rapidez para organizar y pagar a un técnico cualificado para resolver el problema. Esto se considera un defecto urgente, y la falta de acción puede ser motivo para que el inquilino tome medidas, como exigir una reducción temporal del alquiler a través del Tribunal de Alquiler (Huurcommissie).
El juego del mantenimiento anual
Aunque el arrendador es claramente responsable de las averías graves, existe una importante zona gris en torno al costo del mantenimiento rutinario y preventivo (periodiek onderhoud). Las calderas de calefacción central requieren un mantenimiento regular (normalmente anual o bienal) para mantenerse eficientes y seguras. Aquí es donde a menudo ocurre un juego de engaño contractual. ¿Este servicio rutinario es una 'reparación menor' para el inquilino o un 'mantenimiento mayor' para el arrendador? La ley no es perfectamente clara, pero la opinión predominante es que recae en el arrendador. Sin embargo, los arrendadores a menudo intentan trasladar este costo al inquilino de una de dos maneras:
- Directamente en el contrato: El contrato podría indicar que el inquilino es responsable de gestionar y pagar el servicio anual.
- A través de los costos de servicio: El arrendador gestiona el contrato de servicio y repercute el costo al inquilino como parte de los cargos mensuales por servicio (servicekosten).
Ambas prácticas son cuestionables desde el punto de vista legal, ya que esencialmente trasladan la carga de mantenimiento del arrendador al inquilino. Las responsabilidades explícitas del inquilino se limitan a tareas simples de uso, como purgar los radiadores (radiatoren ontluchten) para eliminar bolsas de aire y revisar y recargar periódicamente la presión de agua del sistema de la caldera (waterdruk bijvullen). Cualquier intento por parte del arrendador de cobrar el contrato de servicio anual completo debe ser recibido con escepticismo y escrutinio.