Terminación del contrato de alquiler: una moneda de dos caras
'Notice to quit service', o opzegging van de huur, es la notificación formal por escrito mediante la cual cualquiera de las partes, ya sea el inquilino o el arrendador, termina el contrato de alquiler. En el sistema legal neerlandés, las reglas y posibilidades para terminar el alquiler son deliberadamente y profundamente asimétricas, ofreciendo una protección extensa al inquilino.
Para el inquilino: Simple y flexible
Para un inquilino con un contrato estándar indefinido (onbepaalde tijd), terminar el contrato es un proceso sencillo. El inquilino puede terminar el acuerdo en cualquier momento y por cualquier motivo. No se le exige justificar. El único requisito legal es que el inquilino debe dar el correcto plazo de preaviso (opzegtermijn). Por ley, el plazo de preaviso del inquilino es igual al plazo de pago, que casi siempre es un mes natural. Esto significa que si quieres irte a finales de mayo, debes dar tu aviso antes de finales de abril. El aviso debe ser por escrito. Aunque a menudo se acepta un correo electrónico, el método con mayor seguridad jurídica es enviar una carta certificada (aangetekende brief), que proporciona prueba de entrega.
Para el arrendador: Extremadamente difícil y restringido
Este es el núcleo de la protección de inquilinos neerlandesa (huurbescherming). Un arrendador no puede simplemente dar al inquilino un 'aviso de desalojo'. Solo pueden terminar un contrato de alquiler basado en una lista muy limitada de causas legales especificadas en la ley. Estas incluyen situaciones como que el inquilino tenga morosidad sustancial del alquiler, que el inquilino cause una molestia severa, o que el arrendador necesite urgentemente la propiedad para su uso personal (un motivo que es muy difícil de demostrar en un tribunal). Incluso si el arrendador tiene una razón legal válida, aún debe pedir formalmente al inquilino que se vaya. Si el inquilino no está de acuerdo con la terminación, el aviso del arrendador no tiene efecto. La única opción restante del arrendador es iniciar un procedimiento legal y solicitar a un juzgado que termine el contrato. Sin una orden judicial, un inquilino no puede ser desalojado. Esto proporciona una seguridad de tenencia inmensa para el inquilino.