Los guardianes del mercado
El agente inmobiliario, o makelaar, es una figura ineludible en el panorama del alquiler en los Países Bajos. Son los guardianes que controlan el acceso a una gran parte de las viviendas disponibles, especialmente en el competitivo sector libre. Sin embargo, el papel de un makelaar puede resultar confuso porque existen dos tipos distintos, y su relación legal y financiera contigo, el inquilino, es completamente diferente según con cuál de los dos te estés tratando. La pregunta fundamental que siempre debes hacer es: ¿Quién contrató a este agente? La respuesta determina a quién están legalmente obligados a representar y, lo más importante, quién se supone que debe pagarles. Malinterpretar esta relación es una de las maneras más comunes por las que los inquilinos, especialmente los expatriados, terminan pagando honorarios ilegales.
Los dos tipos son:
- El agente del propietario (Verhuurmakelaar): Este es el agente que encontrarás con más frecuencia. Ha sido contratado por el propietario para encontrar un inquilino adecuado. Su trabajo es anunciar la propiedad (por ejemplo, en plataformas como Funda o Pararius), realizar visitas, evaluar las solicitudes y presentar los mejores candidatos al propietario. Su lealtad y deber fiduciario son exclusivas del propietario. Su objetivo es conseguir el mejor trato posible—la renta más alta y el inquilino más fiable—para su cliente.
- El agente del inquilino (Aanhuurmakelaar): Este es un agente que tú contratas para que actúe en tu nombre. Les das tus criterios de búsqueda y presupuesto, y ellos buscan activamente en el mercado, organizan visitas (incluidas con agentes de otros propietarios) y te ayudan a negociar el contrato. Tú eres su cliente, y se supone que deben representar tus mejores intereses.
La pregunta crucial: ¿Quién paga?
Aquí está la regla más importante que todo inquilino en los Países Bajos debe conocer: Un agente no puede ser pagado por el propietario y por el inquilino por la misma transacción. La ley, concretamente el principio de 'servir a dos señores' (dienen van twee heren), lo prohíbe. Esto significa:
- Si encuentras una propiedad en un sitio web público y el agente que te muestra el piso es el que la anunció, es el agente del propietario. El propietario es su cliente y es el propietario quien debe pagar su comisión. Es ilegal que este agente te cobre a ti, el inquilino, cualquier tarifa por su servicio. Esto incluye tarifas disfrazadas con nombres creativos como 'tarifa de agencia', 'costes de contrato' (contractkosten), 'gastos de administración' (administratiekosten), o una 'tarifa de llave' no reembolsable (sleutelgeld).
- Solo pagas a un agente si lo has contratado explícitamente con un acuerdo firmado para actuar como tu agente (aanhuurmakelaar) y buscar activamente una vivienda para ti. En ese caso, pagas por el servicio de búsqueda que te han prestado.
Esto parece sencillo, pero muchas agencias que operan en las grandes ciudades han construido sus modelos de negocio cobrando ilegalmente a los inquilinos. Presentan la tarifa como una parte estándar e innegociable del proceso, y en el calor de un mercado competitivo, muchos inquilinos desesperados simplemente la pagan sin cuestionarla. Estas tarifas pueden oscilar desde algunos cientos de euros hasta el equivalente a un mes de renta completo más IVA.
Reclamar tarifas ilegales y detectar los trucos
La buena noticia es que si has pagado una tarifa de agencia ilegal, puedes reclamarla. La reclamación es válida hasta cinco años después de que se haya realizado el pago. El proceso suele comenzar con una carta formal a la agencia exigiendo el reembolso. Si se niegan, puedes llevar el caso ante los tribunales. El precedente legal sobre este asunto es muy sólido y, de forma abrumadora, favorece al inquilino. Incluso existen servicios legales 'no-win, no-fee' que se especializan en reclamar estas tarifas en nombre de los inquilinos.
Para evitar esta situación desde el principio, sé escéptico y contundente. Cuando un agente te pida una tarifa, pídele que aclare por escrito para qué es la tarifa y en nombre de quién actúa. Un truco común es que un agente afirme que trabaja para ti, incluso si solo respondiste a su anuncio. Esto es inválido; un contrato legítimo para contratar a un agente debe ser un acuerdo explícito y previo. Otro truco es la 'tarifa de administración'. Aunque un propietario puede cobrar una cantidad pequeña y razonable por acciones administrativas específicas (como cambiar un nombre en un contrato a mitad de alquiler), una tarifa elevada y obligatoria cobrada al inicio casi siempre es una tarifa de agencia disfrazada. Recuerda, el corredor que te muestra un piso listado públicamente trabaja para el propietario, y es el propietario quien paga la factura.